Lo que comenzó como un acto político y casi anarquista, se ha convertido en una conquista ciudadana.
El arte urbano no es una tendencia actual, partió en los años 90’s en las grandes ciudades como Nueva York, París o Berlín y hoy está presente en casi todo el mundo. La mayoría de los artistas precursores como Bansky o Blek le rat lo han utilizado para exponer trasfondos ideológicos que se burlan de la política o la moral, pero hoy en día y sobre todo en latinoamérica el street art se está transformando en un puente que vuelve a conectar y reconciliar a las ciudades con sus ciudadanos. Uno de los casos más llamativos se está dando en Colombia, en donde el gobierno y empresas privadas han visto en este tipo de arte una forma de reconciliar a un país dividido, fomentar el urbanismo y darle protagonismo a las personas. Los artistas urbanos más reconocidos de Colombia llenan de color las calles de Bogotá, generando proyectos de intervención que tienen como objetivo revitalizar las zonas deprimidas de la capital, reflexionar sobre el arte y la vida en la ciudad.
Sus protagonistas, el colectivo Bogotá Street Art se ha dedicado a organizar y crear intervenciones masivas de espacios públicos, junto a distintas organizaciones gubernamentales y privadas, con el objetivo de quitarle el carácter de ilegalidad a el arte urbano y poder transformar algunos de los deprimidos espacios y equinas de la capital de Colombia. Un verdadero ejemplo para latinoamérica, en donde aún en gran parte de las ciudades estas obras son tapadas, prohibidas y perseguidas. Las murallas de Bogotá ahora son fieles representantes de lo que ocurre cuando las personas se unen y comienzan a repensar y compartir su visión de lo que es vivir en ciudad. Desde elegir la forma en que se mueven, hasta cómo quieren que se vean sus calles o cómo recuperar espacios que antes estaban olvidados. Les dejamos una selección de los mejores murales de Bogotá: